sábado, septiembre 03, 2011

Minutos Musicales

"my mind is clearer now..." Con esta sentencia iniciaba el personaje de Judas el drama del portentoso film musical Jesus Christ Superstar que se estrenó al comienzo de la década de los '70. Me ha parecido una buena cita para retomar el hilo de esta bitácora donde la dejé hace cerca de seis meses.
Quizá sea Andrew Lloyd Webber, seguramente, el más conocido y popular autor del género. A él debemos obras como Evita, The Phantom Of The Opera o Cats, entre otras, así como también la antes mencionada Jesus Christ Superstar, colaborando en diversas de estas obras con Tim Rice en los textos. También es mundialmente conocido el musical Les Miserables, de Alain Boubill y Claude-Michel Schönberg basado en la obra de Víctor Hugo del mismo título. Y, en fin, son innumerables las producciones que han visto la luz, siendo Londres y Broadway seguramente las plazas más importantes y representativas cuando hablamos del género teatro musical. El teatro musical es un género que me entusiasma. Y aquí me gustaría enfatizar la importancia del sustantivo porque viene a colación del motivo que inspira este post.
Leía hace unas semanas que el próximo 6 de Octubre se estrena en el teatro Rialto de Madrid el musical Más de 100 mentiras inspirado en los temas del cantautor Joaquín Sabina (y cuando digo temas no me refiero solamente a canciones). Y si esto era un domingo, el lunes siguiente me vi sorprendido en un transbordo de metro por el anuncio de la producción Cop de Rock a cargo de la compañía Dagoll Dagom, que pretende hilvanar una historia a través de la cual dar un repaso a las canciones más populares y conocidas del llamado rock català. En esos cinco segundos nació este post.
Enumero algunos de los "musicales" de mayor éxito que se han estrenado últimamente en las principales ciudades de este país (en algunos casos, se trata de musicales de importación) : Hoy no me puedo levantar, We will rock you, Mamma Mía, Forever King Of Pop, etc... No resulta difícil darse cuenta de que todos ellos tienen un denominador común.
El teatro musical, en mi humilde concepción del término como persona no docta en artes, vendría a ser un género que no puede mal llamarse "hermano menor" (porque algunos creadores lo han elevado a la categoría de grande) pero sí "más ligero que..." pero "cercano" a la ópera aunque más asequible, que incorpora la danza en un formato menos clásico y más moderno, cuyas escenas acostumbran a ser coreografiadas y donde los actores combinan en su trabajo los textos cantados con la interpretación clásica ... No sé muy bien como explicarlo, pero lo que tengo claro es que siempre y en todo momento mantiene lo que en esencia es : teatro. Detrás de una manifestación musicada de una composición teatral hay un drama, una historia, unos personajes construidos, una comedia o una tragedia que contar, una ubicación espacial y temporal, una ambientación, una conexión (o no) con la realidad del dramaturgo que la escribió... Si pensamos en una adaptación musical y coreografiada de una obra de teatro cualquiera tendremos, más o menos, lo que viene a ser un musical. Si bien es cierto que muchas obras de teatro ni por asomo podrían o tuvieron intención de ser musicadas en su nacimiento. Y aunque en ocasiones, como es el caso de algunos de los musicales de Lloyd Weber, la obra pueda no ser una adaptación sino una creación nativamente musical, donde el dramaturgo eligió esta modalidad por los motivos que fueran para llevar a cabo su trabajo expresivo. Pero en definitiva, un musical es teatro. Al menos así lo veo yo.
Sin embargo, estos "otros" musicales que tanto éxito están teniendo y que se están convirtiendo en producciones altamente rentables, acaparando las programaciones de la Gran Vía, del Paralelo y de nuestras principales plazas, son otra cosa. Aquí se trata de seleccionar un puñado de canciones que, en su momento, fueron grandes éxitos en las listas de tiempos pasados y enlazarlas como sea, tratando de construir una trama con más o menos credibilidad. Si el conjunto, cuyos miembros fueron ídolos de masas, se disolvió y nunca más publicó un disco, mejor. Y si el líder de la banda ha fallecido, pues mejor aún. Porque de lo que se trata es de atraer a los fantasmas del pasado. En esta otra categoría de musicales ocurre invariablemente un fenómeno común : en un determinado momento, que puede ser a partir de la tercera o cuarta canción pero seguro, seguro, seguro, seguro, acaba ocurriendo hacia el final, el público empieza a cantar y a corear las canciones del musical. Fijo. Es que esa es la razón de ser de estos "nuevos" musicales. Todo depende de las ganas que hayan tenido el guionista y los productores de precipitar la comunión entre público y compañía; más tarde o más temprano todo el mundo se pone a cantar viejas canciones de ayer y la historia, la trama, quedan en segundo plano. Porque a partir de ese momento, la historia es lo que cada canción le recuerda a uno; no hay una historia : la historia son los recuerdos y sentimientos que se despiertan entre el público a partir de esa banda sonora de una vida que son las viejas canciones de los rockeros muertos. Cuando se acerca el final de la función, los asistentes empiezan a murmurar con sus acompañantes : "falta la de ... " o "no han cantado la cual...". Y no importa si esa canción encaja bien o mal con la historia propuesta o se da de patadas, porque lo que importa es que la canción que a fulanito o menganita tanto les emocionaba tiene que aparecer y ser cantada por todos.
Las plateas terminan en pie y convertidas en un karaoke colectivo. No puede ser de otra manera. Aplausos interminables, euforia, luces encendidas sin que nadie se mueva de su localidad, caras sonrientes, lagrimillas que se escapan, una salida del recinto que es todo un premio, que se convierte en boca a boca de oficina, de autobús y, en definitiva, en éxito de de taquilla. Y entre tanto, el teatro de verdad, el de las grandes historias, el de los temas commovedores, y con él el auténtico gran musical, desplazados de las programaciones cuando no desaparecidos y viviendo de la subvención.
El público quiere ser feliz aunque sea un rato, de forma fácil, llegar en AVE a la estación de los buenos momentos, sentirse joven de nuevo, no tener problemas durante un par de horas, volver a no pagar hipoteca, a comprarse un disco con la semanada, pincharlo hasta la rayadura en el tocata de la habitación, hasta quemar la aguja, hasta desesperar al vecino del quinto cantando a voz en grito. El nuevo teatro musical es una única y misma obra, no hay dos distintas, con un único argumento, que es el ARGUMENTO con mayúsculas que aterra y obsesiona a nuestra insólita generación de jóvenes eternos : tempus fugit (y el que canta su mal espanta).











viernes, marzo 18, 2011

Lectura recomendada : Francisco Casavella

El post de hoy, inusualmente breve, lo destino a recomendar a todos un autor : Francisco Casavella.

 Casavella murió joven, en 2008, justo cuando su obra empezaba a ser reconocida y premiada. Poco después, el espacio literario L'hora del lector de TV3, le dedicó íntegramente un programa (15/01/2009).

Su título más conocido, Lo que sé de los vampiros, le hizo merecedor del Premio Nadal 2008, un premio del que, lamentablemente, ya no pudo disfrutar. Aunque es autor también de novelas como El día del Watusi, El secreto de las fiestas o Un enano español se suicida en Las Vegas.

Yo os recomendo El triunfo, una novela corta que se lee de un tirón, cuyos personajes, marginales por lo general, nos cautivarán y cuya historia nos acerca a una Barcelona en decadencia que trata de sobrevivir a unos años setenta que dan los últimos coletazos y por donde cualquier augurio sobre la ciudad postolímpica que ahora disfrutamos es pura ensoñación.


miércoles, marzo 16, 2011

Mia qué está leho Japón!

Leo la prensa con el corazón encogido. Veo pasar las imágenes en los telediarios y me invade una extraña sensación, como de estar asistiendo a una pesadilla de la que, en cualquier momento, uno se despierta. Pero uno no se despierta. Me invade un estremecimiento al pensar en los operarios que siguen trabajando en los reactores y, como sin darme cuenta, me persigno y rezo por ellos, movido por una fuerza primitiva que emana de lo más profundo de la esencia del ser humano. Tiemblo como una hoja.

Una foto de un cadáver rescatado de entre los escombros por el ejército. Poder dar sepultura a los muertos, ese sencillo gesto tan esencialmente humano, tan necesario.

Ciudades arrasadas, pequeños núcleos urbanos desintegrados, reducidos al mero poso del agua sucia, anegados, arrollados por el tsunami. Un país entero devastado, un gigante industrial sacudido por la furia desatada del maremoto, como un gorrión desafiante en el ojo de un huracán.

Japón está muy lejos. Vivimos en este enclave privilegiado, a orillas del Mediterráneo, que es la Península Ibérica, donde de vez en cuando, a lo sumo un incendio o unas inundaciones nos recuerdan que nuestro propio destino no nos pertenece, nos hace conscientes de nuestra pequeñez frente al universo.

Qué lejos estamos de Japón en todos los sentidos. El drama del terremoto, el Apocalipsis sobrevenido en la isla del sol naciente, han puesto de manifiesto el grado alcanzado por su civilización, el nivel de una sociedad basada en los valores, el civismo y la educación, su capacidad organizativa, su valentía, su compromiso, su generosidad, su consciencia de pertenencia al conjunto, su identidad nacional. En definitiva, un país tan lejano al nuestro, del que estamos tan distanciados. En esta era en la que las distancias no existen, en que las comunicaciones nos han acercado hasta extremos impensables. Nunca estuvimos tan lejos del Japón, preguntadle a los viejos.



Deseo que el desatre se detenga, que no haya más víctimas, que no pase a mayores, que el país se recupere pronto, que logren controlar la situación en las centrales nucleares, que reestablezcan cuanto antes sus infraestructuras, que vuelvan a la normalidad, que los vivos queden por fin a salvo y puedan lamentarse y orar a sus muertos. Quede aquí mi sincero homenaje a ese lejano espejo en el que reflejarse.

lunes, marzo 07, 2011

El día que Eisenhower quiso ir a la luna (o de cómo los ladridos de Laika harán caer a Gadaffi)

Cuando el 4 de Octubre de 1957 la URSS de Nikita Khrusxov puso en órbita el primer satélite espacial, el entonces presidente de los Estados Unidos, Dwight Eisenhower ("Ike") comprendió que debía dar un giro de 360º a su plan de acción si no quería que su país saliera derrotado en la carrera espacial. El momento geopolítico era clave.

Sin saberlo, sin embargo, lo que realmente estaba haciendo Eisenhower era poner la primera piedra para la mayor revolución social y tencológica que nuestra civilización ha conocido : Internet.

El comité de sabios que asesoraba a Eisenhower concluyó que el motivo por el cual los científicos e ingenieros soviéticos avanzaban más deprisa era la facilidad que tenían para compartir el conocimiento y la información. Mientras los rusos trabajaban codo con codo, físicamente próximos, concentrados en las instalaciones de la potente maquinaria espacial soviética, las mentes más preclaras de la comunidad científica norteamericana se hallaban separadas por los miles de quilómetros que distan de la costa Este a la costa Oeste, por usos horarios distintos, por su pertenencia a comunidades académicas, científicas y militares de ámbitos inconexos. Surgió así la necesidad de "conectar" el MIT (Massachusets) con la Universidad de California en Los Ángeles, con Standford y Berkeley, así como de interconectar los laboratorios de investigación del Departamento de Defensa y también de las compañías privadas que invertían en ciencia y tecnología aeroespaciales.

De la mano de Eisenhower y de su deseo por el triunfo en la carrera espacial nacieron la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA) y la Agencia para Proyectos de Investigación Avanzada (ARPA). En 1962, un renombrado psicólogo del MIT, el Doctor J.C.R.Licklider fue nombrado director del Programa Computacional del ARPA. Licklider era el autor de dos obras fundamentales para entender la informática tal y como hoy la conocemos : Man-Computer Symbiosis y The Computer as a Communication Device.

Del impulso de Licklider, quien predijo que en el año 2000 habría millones de personas conectados a través de una red de ordenadores, y de su inspiración, influencia y trabajo colaborativo con otros investigadores, como Lawrence Roberts, nació Internet. En 1965 se llevó a cabo el primer experimento de conexión entre dos ordenadores a través de la red telefónica : el TX-2, situado en el laboratorio Lincoln del MIT en Lexington, Massachusetts, y el Q-32 de la System Development Corp. en Santa Mónica, California. Este experimento dio lugar a la primera red de ordenadores de area extensa (WAN -wide area network-). La mayor parte de cimientos, desarrollos tecnológicos e investigaciones necesarias para desarrollar Internet tal y como hoy la conocemos son anteriores a 1970. El resto no ha sido más que una larga historia de mejoras, incorporaciones y nuevas tecnologías que se basan por completo en el trabajo que aquellos pioneros llevaron a cabo -con el objetivo de compartir la información para ser los primeros en investigación y, por ende, en conquistar el espacio-.

Lo que quizá los padres de Internet no sabían era que el espacio que estaban conquistando tenía el aspecto que tiene en la foto de la derecha (grandísima foto, de enorme valor divulgativo : este es el aspecto físico de Internet).

Al mismo tiempo que conquistando el espacio, los Estados Unidos durante décadas han estado combatiendo en decenas de conflictos armados, intervenciones militares, guerras en definitiva, con el "noble propósito" (no seamos ingenuos tampoco) de acercar y extender la democracia y las libertades a todos los rincones del planeta. Tras cerca de seis décadas de democratización por la vía de las armas convencionales, hay que reconocer a los americanos haber desarrollado, quizá sin proponérselo, las que se están mostrando como las más potentes armas conocidas en la lucha por la libertad, por la dignidad, por la igualdad y la justicia social, por los derechos humanos en definitiva : Internet y las redes sociales.

En estas últimas semanas, Internet y las redes sociales se han empezado a convertir en el Armageddon de algunas dictaduras en el África post-colonial, en el catalizador de las revueltas populares. Ignoro el valor en bolsa de facebook o de twitter pero su potencial movilizador, comunicativo y de difusión de las ideas es incalculable (¡ah si en 1789 hubiera existido algo semejante, amigo Masdeu!¡la difusión de las ideas!). Hay que lamentar, sin embargo, que estas armas tan silenciosas pero tan potentes no han evitado ni las víctimas ni el derramamiento de sangre ni la guerra civil. Esperemos que el efecto de la cadena de protestas y levantamientos se extienda a más países y que no encuentre barreras; que, como un tsunami, acabe con los régimenes establecidos.

Es así como los ladridos de la perra Laika que, ya desde el Sputnik 2, llegaron a oídos de "Ike" Eisenhower han terminado por desatar, cincuenta y tantos años después, el levantamiento del África oprimida, del África de las dictaduras sustentadas por los intereses occidentales, como desata un huracán el batir de alas de millones de mariposas. Espero que el eco de sus ladridos ahuyente para siempre a todos los Gadaffi del mundo, allá donde los haya, donde uno es demasiado, que triunfen la democracia y la libertad (y que a los líderes de occidente se les caiga la cara de vergüenza, aunque sólo sea un poquito). Gracias Laika, la vida que diste en el espacio no fue dada en vano.



domingo, marzo 06, 2011

Hijos de la luz y de las sombras

Como en el poema de Miguel Hernández, hijos somos de la luz y de las sombras.

Hijos somos a la sombra de un gigante nacidos, construido para dar luz, colosal monstruo de tres cabezas desafiantes, erguido junto al mar como el de Rodas, faro y guía de aviones y de barcos, sol que alumbró, alma que calentó las almas de la gran ciudad, energía, por raíces de acero conducida como sabia crepitante en el tendido aéreo, donde sólo las funámbulas gaviotas osaban apoyarse, vida que remontaba el río y se perdía en un laberinto de arterias y de venas, entregadas a la causa de permitir al corazón de Barcelona seguir latiendo.

Hijos somos de un sol que amanecía tras el gigante de acero y hormigón de la Central Térmica del Besós, cruzaba el firmamento, siempre al sur, y se ponía tras el Sagrado Corazón del Tibidabo. Así, como la metáfora de este eterno diálogo entre los dos grandes colosos de nuestro litoral, así hemos vivido sus hijos.

Todo esto te daré si tú me adoras - tibi omnia dabo si adoraveris me (Mateo 4:9) -

Y adorando al diablo de la gran ciudad, crecimos sus hijos. Somos hijos a la sombra del servicio prestado a Barcelona, de las fábricas, de las industrias, de las plantas de residuos, de las fundiciones, de los humos, de un aire contaminado, de una playa sucia, de un mar lleno de vertidos, de un río agonizante, de los enormes bloques de viviendas para la mano de obra barata, de un sinfín de servidumbres. Hijos entregados a un diablo, siempre en lucha, que anhelamos un salir adelante, un futuro mejor, una esperanza, que quisimos poder un día subir al Tibidabo y contemplar a nuestros pies esa Barcelona que nos era negada, nosotros que no éramos más que niñas y niños de barriada.

La más visible y máxima expresión de nuestra esencia son las tres chimeneas. Son el referente de nuestra vida, un referente físico para un camino inmaterial, un mástil visible desde cualquier parte donde se iza la bandera de nuestros orígenes, que no nos permite olvidar de dónde venimos. De San Adrián somos, los que una vez fuimos del sur y los que vinimos del norte, los que nacimos aquí y los que fueron paridos en otra parte, de San Adrián somos, los que seguimos aquí y los que ya nos fuimos. Y en gran parte, esto es así porque es imposible pasar un día sin ver de dónde uno viene : nuestra bandera ondea a 220 metros.

El próximo 24 de Marzo está previsto que la Central Térmica del Besós cierre definitivamente. Sin embargo, y gracias al buen criterio del alcalde, Jesús Canga, al dejar el destino de la central en manos de la voluntad popular, el gigante seguirá en pie.

Fue un gran acierto. Una decisión tomada a nivel consistorial se hubiera visto sometida a presiones de todo tipo; el enclave tiene un innegable interés urbanístico y el litoral Mediterráneo, con su afable apariencia de laguito venido a más, está lleno de tiburones. Sin embargo la decisión fue popular y, por lo tanto, legitimada, sin espacio ni resquicio por el que puedan asomarse otros intereses. Habrá que buscarle, no obstante, un proyecto, un uso, una razón de existir a un lugar tan vertiginoso en todos los sentidos. Espero que seamos capaces de mantener con vida al ser que tanta vida dio.

Mientras tanto, recordaré como, cuando éramos más jóvenes, solíamos ir corriendo hasta Montgat y al volver, por más cansados que estuviéramos, siempre había energía para apretar la carrera pasando a los pies de la central, invadidos por unas fuerzas y un orgullo difíciles de explicar con palabras. Quizá tuvieran que ver los mejillones, esos mejillones tan ricos, llenos de fósforo, calcio, hierro y proteínas, tan frescos, que nuestras madres nos hacían comer en cantidades industriales, nunca mejor dicho.

Recuerdo que, algunas tardes de Domingo, bajaba paseando con mi padre hasta la playa y, si el tiempo era apacible y la brisa no muy fresca, nos acercábamos por las rocas hasta las toberas de la central, a ver como el agua caliente salía expulsada al mar con gran furia. Por imposible que pueda parecer, al pie de las chimeneas humeantes siempre había pescadores con su caña y su cubo que nunca volvían de vacío. Y también había quien recogía mejillones, en bañador o medio enfundado en un neopreno, según el frío. Porque en aquellas rocas, mitad piedras naturales esculpidas por el oleaje, mitad bloques de hormigón despedazados por el hombre y dispuestos a un azar medido, que sostenían la base de los tubos de refrigeración de la planta, se recogían unos mejillones grandes y carnosos, crecidos del agua limpia y tibia con que se enfriaban las turbinas.

Nunca supe si los mejillones que me hacía comer mi madre se habían cogido entre la rocalla al pie de la térmica de San Adrián. Pero de lo que sí estoy seguro es de que somos fuertes porque fuimos criados a base de mucho hierro, mucho fósforo, mucho calcio y muchas proteínas. Somos hijos de las sombras de una industria gris y pesada que se fue, y de la luz de la Central Térmica que siempre nos acompaña.

domingo, febrero 27, 2011

Good bye 23-F

Por motivos diversos y felices casualidades, el veintitrés de Febrero es un día que no pasa por mi calendario como otro cualquiera. Al margen de conmemorarse un aniversario más del fallido intento de golpe de estado, confluyen en este día y sus alrededores otras efemérides importantes para mí.

No se me olvida, sin embargo, dónde estaba yo y qué hice aquella tarde de lunes, la última semana de Febrero del ochenta y uno, en la que el General Armada y el Teniente Coronel Tejero trataron de tomar por las armas el control sobre el Estado.

Nada, durante aquel día, había sido para nosotros, unos niños, especial o distinto de otros días. Ningún adulto dió señales de que estuviera ocurriendo algo excepcional. Tuvimos nuestras lecciones, salimos al patio, comimos nuestro bocadillo, hubo partido de la A contra la B y hasta jugamos al sopapo con una bola de papel de plata un poco untada de aceites y mantequillas. Un día de tantos en nuestra memoria de colegiales.

Recuerdo que, por la tarde, en cambio, estaba en casa haciendo los deberes en el comedor y, en un determinado momento, subimos a casa de unos vecinos para seguir lo que ocurría por la radio. Mis padres y mis vecinos escuchaban con mucho interés -fingido, creo yo- y se miraban unos a otros como tratando de dar muestras de estar entendiendo la gravedad del momento. Con todo, las notícias escapaban a la comprensión de un niño de siete años. De modo que no presté atención y no poseo ahora ningún recuerdo concreto que pueda reproducir.

Lo que supe del asunto durante mucho tiempo no pasó de la poca información contenida en una canción de La Trinca que se hizo famosa. Lo que sé a día de hoy lo he ido descubriendo a golpe de documental, semanario y reportaje siendo ya adulto.

A este episodio de nuestra historia moderna, del que nos separan ya tres décadas, se le dedican todos los años páginas y páginas, minutos de radio y televisión, reportajes conmemorativos, grandes documentales, dosiéres especiales y completos, esfuerzos editoriales, tertúlias, debates, ... Televisión Española ha producido incluso una película.

El veintitrés de febrero se ha convertido en el día de acción de gracias de los españoles. De gracias a Dios que todo terminó en un susto, porque en este país todo ocurría -y ocurre- por la Gracia de Dios. Y uno empieza a estar un poco harto del tratamiento informativo y del exceso de atención que acapara este momento, histórico, sí, pero "momento" al fin y al cabo, y del que podríamos y deberíamos pasar página de una vez.

Que ya vale de 23-F, hombre. Que pido por favor que los medios dejen de atiborrarnos una semana entera todos los años con los mismos, o parecidos, reportajes gastados. Con las mismas entrevistas a protagonistas del momento que no desvelan nada nuevo. Con lo que hizo el Rey, con dónde estaban Puyol o Felipe. Con que Suárez fue el héroe que salvó la patria. Que no puede ser que Santiago Carrillo se acuerde mejor este año que el pasado, ni tenga una opinión muy distinta; que, en todo caso, el hombre, le irá metiendo imaginación al tema porque la edad no perdona y también él se nos vuelve un abuelo batallitas, al que parece que los del Informe Semanal acuden año tras año a pedirle "yayo, hoy que estamos todos reunidos, cuéntanos aquella del 23-F".

Franco permaneció en el poder cerca de cuarenta años, lo que daría, si hubiera voluntad, para una amplia cobertura informativa todas las semanas. Sin embargo, sólo de vez en cuando algún medio cubre algún momento, describe algún periodo, destaca o conmemora algún hecho. En todo caso, nunca se le ha dedicado a ningún episodio del franquismo un espacio de repercusión mediática semejante.

Parece que la memoria histórica de este país, esa memoria que no queremos desenpolvar por si acaso, pues parece, digo, que la memoria histórica se nos pierde el veintitrés de Febrero del ochenta y uno. Y no la volvemos a encontrar hasta alzamiento de Julio del treinta y seis o hasta el catorce de abril del treinta y uno. Y, como quien dice, desde entonces nos vamos directos a mil cuatrocientos noventa y dos pasando, de puntillas a lo sumo, por el desastre de Cuba o los héroes del dos de Mayo.

Dejemos por fin de eclipsar nuestra historia, de concentrarla, de hacer reduccionismo. Las nuevas generaciones estamos hasta el moño de no ser más que el producto de un golpe de estado fallido. Hemos crecido en democracia, somos algo más y queremos ser otra cosa, sin tantos complejos, sin tanto dar gracias a Dios.

Señores del Informe Semanal, por favor, digan adiós al 23-F.

lunes, febrero 21, 2011

Si esto son hombres

Si esto son hombres, querido Malaparte, si esto son hombres...

Me permito variar el título de la gran obra de Primo Levi para encabezar esta entrada del blog, que continúa la anterior : la impresión de la escena permanece en mí sin que pueda quitármela de la cabeza.

Tras abrir las compuertas de los vagones, los cadáveres caían al andén de la estación como se derrama el contenido de una botella al volcarse. Los soldados terminaron de sacar cuerpos del interior de los vagones, que apestaban ya a putrefacción, y los alinearon en el suelo para trasladarlos con camiones remolque al páramo donde los enterrarian, no muy profundamente, unos sobre otros, capa de cuerpos, capa de cal viva, como era habitual que se dispusieran las fosas entonces. Un espectáculo de muertos sobre la explanada de la estación.

Cayó al momento sobre ellos una horda de gitanos que profanaron los cadáveres, les robaron las ropas, los objetos de valor, todo. Chaquetas, pantalones, ropa interior, zapatos, botas, cadenas, recordatorios, billeteras, relojes, gafas, dientes. Rompieron cuellos, partieron brazos, luxaron rodillas y dislocaron hombros para hacerse con su botín. Los muertos se resistían a ser robados; no es fácil quitárle la ropa a un muerto como tampoco no lo es vestirlo. Los alzaban y zarandeaban para arrancarles la ropa y los dejaban caer de nuevo, estrellando cráneos contra el suelo, quebrando huesos, columnas, cervicales... Peleaban entre ellos en la disputa de los mejores abrigos, de las fundas de oro que serían mejor pagadas en el mercado negro, de la mejor mercancía. Arrasaron con todo bajo la mirada de los soldados, dejando un túmulo de cuerpos desnudos y sin vida y sin dignidad. Los soldados contemplaban la escena como si tal cosa.

Los gitanos corrían en aquellos tiempos mejor suerte que los judíos.

¿Esto eran hombres? Los judíos muertos en los vagones donde fueron sometidos a condiciones que serían execrables si se aplicaran al traslado de cualquier animal. ¿Esto eran hombres? El jefe de estación incapaz de actuar por sí mismo y de la más mínima piedad y clemencia, esperando órdenes como quien espera carta de un pariente lejano. Los soldados rumanos obedeciendo ciegamente sin ver más allá de esos judíos a las madres, los niños, los ancianos, los hombres y, en definitiva, a los seres humanos. Los ejecutaron sellando aquellos vagones sin llegar a sentirse jamás verdugos o autores de una masacre, eran simplemente soldados obedeciendo órdenes. Los gitanos dándose ellos mismos a la barbarie de profanar unos cadáveres sin más contemplaciones que las de un niño con un muñeco de trapo, incapaces de ver a los seres humanos -muertos, eso sí- que había envueltos en la mercancía que robaban. ¿Esto eran hombres?

Esto eran hombres en una Europa en guerra. La misma Europa que hoy mira por encima del hombro al resto del mundo, pagada de sí misma, y que se siente centro y máxima expresión de humanidad y civilización.

Sí, esto eran hombres...

domingo, febrero 20, 2011

Diga pógromo, Malaparte

Nunca había escuchado ni leído la palabra pógromo. Y de ser así no le presté la debida atención.

Somos capaces de lo mejor y de lo peor. No cabe duda, no vengo a hacer grandes descubrimientos. La barbarie, el horror, el espanto, el terror...

La escena tiene lugar en Rumanía y forma parte de nuestra historia moderna. El capitán Malaparte ayudaba al cónsul italiano a buscar a un ciudadano rumano judío desaparecido durante el pógromo contra los judíos de la ciudad de Iasi. Buscaron por todas partes. La búsqueda les llevo a un convoy de ciudadanos judíos deportados que iba camino de un campo de concentración y exterminio. El tren llevaba varios días detenido en una estación. Había recorrido en una semana las apenas veinte millas que separaban esa estación de la ciudad de Iasi. Los vagones tenían puertas y ventanas selladas con tablones de madera. El jefe de estación no daría la orden de abrir los vagones hasta que le llegaran instrucciones de hacerlo. El aire apenas circulaba por entre las maderas y lograba colarse en los vagones. Hacía mucho calor. El infierno de Dante se hizo materia en aquellos vagones. El ejército rumano hacinó en el interior del tren a unos dos mil judíos. Centenares de personas apiñadas, aprisionadas en cada vagón. Entraron a culatazos. Se apretaron hacia el fondo los vagones unos contra otros hasta que no pudieron más. Luego los sellaron. Hacía mucho calor. Murieron por asfixia. Murieron dando bocados al aire, tratando de respirar. Si uno encontró apenas un resquicio de aire entre los tablones, en una ventanilla mal sellada, lo defendió a mordiscos, mató para seguir respirando unos minutos más.

Cuando Malaparte consiguió forzar al jefe de estación a que por fin abriera los vagones halló un espectáculo de cuerpos violáceos asfixiados, con las caras hinchadas, lilas, con las huellas de las mordeduras que se dieron unos a otros para seguir viviendo, con los ojos saltados de las órbitas, con los cueros arrancados de los cráneos. Murieron todos. Un bebé se salvó porque su madre halló un hilo de aire en una pared del tren, y defendió con su cuerpo el espacio para su hijo y, probablemente, mató a dentelladas a algún otro desgraciado.

Esto hicieron también los rumanos con los judíos. Ahora ya conozco el significado de la palabra pógromo. El horror, coronel Kurz, el horror.