lunes, enero 26, 2009

LAFUENTE : bar y alrededores

Allá donde San Adrián termina y empieza un más allá de barriadas sin estructura, en un vertiginoso ex bloque de los de la aluminosis, rodeados de hormigones ocres a 24 alturas, ventanales con rejas a pie de calle, ropa tendida que roza las alcantarillas, sábanas con ribete floreado de amapolas años setenta y el tanguilla de la Vane que con quince primaveras le ha dado varias veces la vuelta al taxímetro de las experiencias, coches robados en triple fila, alguno aún con la luna reventada envuelta en láminas de plexiglás y cinta de embalaje, compadres de la obra que se cuentan las trifulcas con un jefe siempre gilipollas, mientras enfilan el décimo quinto Estrella de más de una tarde que ya es noche y se preguntan, hurgando en el libro de las excusas sobadas, qué coño contarle hoy a la parienta cuando lleguen al queo y los reciba en bata, rulos y zapatillas, si es que no le dan dos ostias primero y terminar, un palmerito espontáneo se arranca por bulerías en la esquina de Bernat Metge falseando la voz mientras dos paquis que pasean a la serena y que regresan de su curro en un Spar, metro Besós mediante, a un piso patera que comparten con trece más y donde para abrir la puerta hay que apartar dos colchones, lo miran y se preguntan si Camarón aún vive, como Elvis, Camarón, qué sabrán dos paquis quién coño era Camarón, y Juanfran, en camiseta de tirantes cerca de Nochevieja, con el mercurio tiritando en los termómetros, que levanta pesas en el gimnasio de su colega Lucas, en la Vía Trajana, del que todo el barrio piensa que es una tapadera, y a quien a parte de ésta no se le conoce otra ocupación, junta dos mesas para su suegra y los tres mocosos que le hizo a la Julia, la de la pelu, con veinticuatro añitos él y veinte ella, la criatura, el charlatán de su suegro, que se deja el aguinaldo en la tragaperras pretextando echar sólo las vueltas de una cuenta que no ha pagado, su hermano Javi en silla de ruedas, que estampó hace dos años el Kadet GSI mil novecientos de tercera mano contra un farol en la Plaza de las Glorias, volviendo de borrachera, y que tiene a la familia esclavizá, y la madre viuda que presencia la escena conmovida mientras piensa qué guapo es mi Javi, acabar así, tan joven, un gitanito de La Mina montado en una bici del Bicing que jamás se devolvió se sube a la acera y sortea unas cuantas sillas sueltas que han quedado en el chaflán, y escapa por la bocacalle de la somanta de palos que le iba a caer si lo engancha su tío abuelo Carmona quien, con veintinueve, encabeza el clan familiar, como lo pille con los diez gramos de farlopa que le ha birlado y que venderá media hora más tarde a un par de zurrapillas de La Verneda que salen esta noche a quemar la Zona Hermética, la luz anaranjada de los faroles de tuxteno baña las aceras, un collage de baldosines desiguales cosidos con tantos chicles como escupitajos, mientras el señor Pedro, el extremeño del séptimo novena, pasea un perro faldero, feo, de treinta leches, chato y maleducado que mea la cepa de un platanero y se sacude las pulgas, y llega como del infierno una bocanada humeante de aire denso, caliente, aceitoso y refrito que emana del respiradero del bar, Jordi canta dos de patatas y una de patitas al fondo de la cocina donde una filipina saca unos chocos de la freidora, cuando un camarero empanado le sirve una jarra de clara a un cliente novato que pidió un café con leche y un cruasán para cenar, aúlla una sirena desde el tajo de la Gran Vía oculta, y una vida pasa en ambulancia, despidiéndose, apenas a cien metros de la clientela que, indiferente, sigue viviendo a tragos y mojando pan en salsa brava, un chaval le levanta el tapacubos del seat Toledo a un parroquiano que esta vez aparcó en la puerta y que sale detrás de él eructando a la carrera y cagándose, literalmente, en la madre que lo parió, y los mismos de siempre, desde la mesa del rincón, solemnemente, sentencian ¡joder! ¡pero qué buenas están las patatas!

Deportes de riesgo (alternativos)

Estibador del puerto de Nápoles; pocero tejano y votante de Barack Obama; guía de turistas americanos en el monte Sinaí; asesor económico del gobierno de Raúl Castro; pica de autobús de línea regular en Jerusalén; transeúnte en una ciudad española; químico en un laboratorio fotográfico en Birmania; celador de un banco de órganos y tejidos en Moscú; alcalde comunista en la costa alicantina; enlace sindical de una fábrica de imitaciones en los alrededores de Shangai; peón de obra construyendo un gaseoducto en Uzbekistán; agente comercial vendiendo accesos a Internet en Teherán; tonto pijo que ancla un yate de 30 metros de eslora a 150 millas de Mogadiscio; turista inglés rajando de Diego en La Bombonera; piloto de rompehileos danés abriendo ruta comercial en el polo norte ruso; modelo feminista promocionando el volei-playa en Kabul; gitanita con manchas de semen en las bragas el día de su boda; cliente negociando las zapatillas con el portero en un garito de Moratalaz; crupier de mesa de black jack sisándole a la banca en un casino italiano de Las Vegas; lanzador de peso palestino entrenando para la Olimpiada en la franja de Gaza; bebé de transeúnte en carrito empujado por éste en una ciudad española; maquinista de un tren con retraso en Tokyo; picha de gitanito sorprendida tirándose a la novia de su mejor amigo por el padre de ésta la noche antes de la boda; astronauta ruso ambriento y voluntario en misión de prueba; enfermo coronario entrando a comerse un menú McDonald's; dos jubiladetes jugándose a navaja unos servicios en la calle del Trigre; ...